Yo andaba por la nube,
cuando él me daba su lección pertinente,
y con maestría inteligente
me explicaba todo aquello que existe...
Lo que nace y no envejece,
es el conocimiento que en la vida permanece,
y como alumno desobediente
desde mi nube me alejaba de su presente...
¡Ay, pajarera clase!
donde el ángel del sueño me asciende,
a su nube errante,
y con sus alas libres me sostiene...
Hasta que,
al librejo de la nube,
sube el profesor para hallarme,
y por su escalera vuelvo al aula nuevamente...