Erika Castillo

Llama, yo bajo

No hace falta que me alcances: llama, yo bajo…

así es el amigo sincero, sin intereses ni resabios,

el que no necesita antesalas ni invitaciones caras;

él se contenta, se siente bien al abrazarte ipso facto.

No importa si pasaron mil lunas o tres cumpleaños,

ese te quiere como si el tiempo no hubiese pasado.

Cuando te acuerdes de mí, no lo pienses tanto: Solo llama, yo bajo.