Un rayo azul de luz, por fin hallado,
rompió el velo sutil de la distancia,
y la voz de nuestro amor destinado,
despertó en mi alma una sutil fragancia.
El tiempo se detuvo silenciado
por dos corazones en resonancia,
cuando el oráculo dejó anunciado
el nombre de tu etérea elegancia.
No es el azar, sino un fuerte destino,
el lazo natural que nos enlaza
a un feliz e interminable camino.
Contigo la armonía nos solaza,
pues hallé en tu besar el sacro tino
donde mi alma, para siempre, te abraza.
*Autores: Nelaery & Salva Carrion