Si los dos levantamos el vuelo
con romántico y tierno delirio;
no podemos romper el idilio
que bendijo feliz el Dios Eros.
Si repletos de lindos ensueños,
de pasión, su fulgor conocimos;
no debemos dejar que el olvido,
de ilusión, nos apague el destello.
Si bordamos la luz de esperanza
con el beso mas dulce y mas cálido;
no debemos dejar que su flama
la destruyan, de dudas, sus dardos:
¡Porque somos del mundo dos almas
que por gracia divina se amaron.
Autor: Aníbal Rodríguez.