Cenizas reavivadas
En el tálamo, en noches prohibidas,
se reavivan cenizas escondidas.
Nuestros cuerpos de tierras vedadas
sumergen en lujurias desbordadas.
Con suaves caricias y húmedos besos
abrimos caminos a nuevos excesos,
nos entregamos en suspiros de fuego,
y caemos rendidos a nuestro juego.
Con gemidos las ansias se desatan,
orgasmos que los años no apagan.
La noche se cierra, intensa y sensual,
un deseo profundo, eterno y real.
Laura Meyer
© 2015–2025 Laura Meyer – Todos los derechos reservados.