Unas manos sudorosas embriagan mi mente;
emociones intensas vienen por doquier,
busco tu mente, tu cuerpo, tu alma:
solo quiero estar contigo, mujer;
verte, amarte, sentirte, desearte es un placer.
Emociones distintas me invaden al verte,
tu dorso desnudo sobre mi piel;
un amor con deseo es mirarte,
queriendo amarte hasta el anochecer,
olvidándome de todo —un amante fiel.
Deseando una invitación tuya a la cama,
un coqueteo, sonrisa pícara o mirada,
viendo tus verdes ojos con arduo deseo,
queriendo sentir tus manos en mi pecho,
besándome lentamente por mi cuello.
Sentir tus manos acariciando mi cuerpo,
buscando mis labios, besando sin tiempo,
sintiendo la mezcla de tu alma y mi alma,
entregadas sin pausa con un beso intenso,
siendo testigo oculto solo el firmamento.
El amor y el placer se sienten en el ambiente;
la dopamina, oxitocina y serotonina
están a flor de piel con mucha miel.
—¿En qué momento nos desvestimos?
¡Qué importa! Solo estamos tú y yo, mujer.
Caricias atrevidas que vienen y van:
somos dos sujetos con entrega incondicional,
una sola especie entregándose sin cesar,
sintiendo nuestros cuerpos con intensidad,
atrapados en deseo, satisfaciendo lo carnal.
Disfrutemos entre los dos el tiempo se nos va;
cada vez que puedas, búscame con intensidad.
Siempre estaré dispuesto para poder amar,
entregándome sin miedo como un señuelo
que tú puedas atrapar con toda libertad.
Amémonos con locura y mil veces más;
quiero vivirte y estar sin hipocresías,
decirte “te amo” y desearte cada día,
No quiero a nadie más en mi vida:
entreguémonos en la oscuridad.
No quiero estar con otra mujer;
soy el “cob”, te cortejo con fervor.
No quiero buscar y mirar otro “pen”
solo está la laguna para los dos
prefiero morir antes de serte infiel.
Dedicado a mi esposa
Fátima V. Santana Zamora
Andrés Almina Negrete — A.V.A.N.
24/09/2025
11:35 a.m.