Noche tras noche pensando
en las lejanas estrellas
que sobre el inmenso cielo
siguen a su invisible huella.
Entreteniendo a mi pensamiento
para salir de la tristeza,
para escapar del cautiverio
y del tiempo que a castigarme regresa.
Tener al corazón por una vez controlado
con el adictivo vino sobre la mesa,
y el cigarro encendido de nuevo
para huir en silencio de mis penas.
Otra noche con la brisa del viento
admirando a esa luna tan bella,
con mis lágrimas que cayendo
van siguiendo a su invisible huella...