HERENCIA DE LA VIDA
He librado mil batallas,
he vencido… y he caído.
La vida con mano dura,
me ha herido y bendecido.
Hoy mi alma está tranquila,
ya nada puede turbarme;
pues quien ha gritado tanto,
aprende al fin a callarse.
He probado el pan amargo
y el vino de la alegría;
he sentido el filo helado
de la noche más vacía.
Los años fueron maestros
de mi orgullo y mi impaciencia;
me dejaron como herencia,
valor, templanza y paciencia.
Mas hay un velo sagrado,
que aun cubre mi gran espera,
y lo acepto, reverente,
como quien aguarda la aurora.
Si el dolor aun me sorprende
en el cruce del camino,
sé que, en su raíz oculta,
hay promesa de destino.
Miro el cielo en su silencio
y en el descubro consuelo;
pues quien busca entre las sombras
halla siempre un rayo nuevo.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez.
Registro No. 12-257-11.*
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