No puedo defenderme
del beso de tu aliento,
no puedo porque tu aire
es mi respiración;
mi sangre está cargada
con pútrido alimento
que labios, sin tu boca,
nutrieron sin pasión.
No puedo desprenderme
de tu amargor cruento,
no puedo porque mi alma
tiene sabor a ti;
los poros de mi cuerpo,
cerrados por tu viento,
no expulsan el veneno
que atrofia mi vivir.
No puedo denunciarte
en juicio deshonesto,
no puedo porque mi alma
suplica tu prisión ...
barrotes de mi encierro
son estos pensamientos
pintados en el fuego
de hoguera sin pasión.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO