Hoy en día pocas cosas me sorprenden o me causan un sentimiento extremo. Trato de llevar un camino de serenidad, de paz, de agradecimiento, ser directa y clara, sencilla y se que no soy perfecta. Me miró al espejo todos los días y seguramente soy la que peor se juzga, pero cuando la vida te da un baño de realidad. Cuando se acumulan esas piedritas y el vaso no solo se llena, revienta y no te puedes mover, no puedes desechar eso y seguir tu vida, porque me es tan difícil.
Se rompió algo y no sé cómo repararlo porque no sabía que se podía romper, pensaba que ya era una adulta fuerte y capaz de seguir.
Lo único que puedo decir es que yo no soy mala.