D. Méndez

Cierres incompletos

Hablando de cierres, creo que el nuestro

nunca llegó a su fin.

No solo porque los recuerdos

se empeñan en no irse,

sino porque las heridas

siguen abiertas, sangrando

en la memoria de lo que fuimos.

 

Cada risa, cada enojo, cada abrazo

parece un eco que se niega a callar,

y yo sigo aquí,

mirando un final que nunca llegó,

como si el tiempo se hubiera detenido

en el borde de tu adiós.