Estaciona la primavera sus fulgores en ti;
entre tus terciopelos oscuros guarda
aquel secreto vivaz de su llegada.
Reposando estas bajo tu mismo canto alado,
alimentas la paz provenzal atmosférica.
Nubes irisadas envuelven el día.
Aleteas y aleteas, preludio de tus graznidos;
izas tu rostro, aupas tus ojos, abres tu pico.
¡OH!! GRAZNIDO, SACRO GRAZNIDO
Los querubes impregnaron su don en ti;
entre tu garganta habita el verdadero sentir,
en mi vida asimismo sí,
y de la rosa su encendido carmesí.
Tus garras clavadas desentrañan tierra húmeda,
lluvia pasada, melodía entonada.
¡LLEGASTE CUERVILLO!
Los girasoles ahora bailan
al compás tuyo y a la caricia nuestra.
Espectro de luz oscura,
iluminas mi caminar;
mi sombra refleja tu mirar.
Ahora sí he de saber
que este día debe empezar
por tu glorioso canto admirar.
¡ARGH! TU DICES
El girasol reposa su cabecita sobre tu canto;
sí, eso mismo hace.