Tendido sobre la arena,
mi mano guiaba un carrito,
de lámina muy bonito,
su carga movía apenas
Un ladrillo rojo y piedras,
compañeras de ilusión;
yo el chofer de mi razón.
Paredes con verdes hiedras.
El mundo siempre girando,
muy sucios los pantalones,
mis rodillas con raspones.
Mi infancia se fue pasando.
Y después de ver jugado,
mi camioncito guardado.
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
23/09/2025