Te extraño, te extraño, te extraño…
Extrañarte es normal, me repito,
y no me lo creo.
No puede ser normal
extrañarte tanto como yo te extraño.
No pido mucho,
solo quiero verte, solo verte:
una sonrisa, un guiño, un saludo…
solo eso.
Un “te quiero” que salga de tu boca…
Creo que eso ya es mucho pedir,
ni a quien le importe.
Te extraño, te extraño, te extraño…
Ya me acostumbré a extrañarte.
Te quiero a mi lado.
Vivo con nostalgia.
Está bien.
Me aguanto.
Mientras vivas a mi lado,
aunque sea solo en un recuerdo,
estaré bien.
Te extraño…
no quiero dejar de extrañarte,
no voy a dejar de extrañarte.