Cuando paso frente a cierta casa
Se corren las cortinas y hay murmullos
Luego siento algo raro tras mis pasos
Como si me siguiera una mirada
Y de un salto en mis hombros se posara
Pero aunque intente sacudirla
Es tan necia que más se aferra
Ahh, mirada cargada de veneno
Cómo roes noche y día
Plaga bíblica y milenaria
Pusilánime como su dueño
Tu voracidad quita el sueño
No te conforma herir el cuero
Quieres sangre, carne y hueso
Ahh, miradas hechas ponzoña
Que en cualquier parte asoman
Y se desprenden sigilosas
Siguiendo rabiosas a su presa
Cómo ha de estar el corazón
Cuando sólo genera amargura
Y su torrente sale y contamina
Quién pudiera ser la alba ave
Llena de bondad y comprensión
A quien tal peste no pudiera
Manchar su alma trascendida
Quién, más que el cuerpo procurara
Dicha alma conservar libre y confiada
Escudada en su gracia y oración