Yo sé –si hoy mismo me muero–
que no me llevaré nada;
si acaso, en algo me quedo,
será quizá en las palabras.
Y sé que el viaje es eterno
la muerte la tengo clara,
descanso eterno es el premio
en una tumba lejana.
Por eso ya los afanes,
no son afanes del día;
y espero, que el día aclare,
para vivir más la vida
tranquilo, porque la tarde,
colores hermosos pinta.