Carlos Arturo Mendez Diaz

¡Feliz cumpleaños a mí!

La vida me brindó la voz de mi madre,

su amor me sostuvo en cada caída;

aunque el tiempo golpee con puños de mal padre,

su ternura me alzó devolviéndome vida.

 

De una mujer sagrada nacieron dos luces,

bendiciones que laten y me hacen ser;

sus risas me arrancan las penas más dulces,

en sus ojos encuentro razón de creer.

 

Un amor tardío sacudió mi cimiento,

vino a destiempo a romper mi razón;

me enseñó que aún late, con furia, mi aliento,

aunque duela su fuego y su contradicción.

 

Entre enfermedades y niebla pesada,

la ansiedad y la sombra se hicieron hogar;

pero sigo de pie, con el alma tatuada:

mi reflejo es la lucha de nunca claudicar.

 

Hoy soplo mis años con calma y con brío,

la vida me forja con todo su afán;

brindo conmigo mismo en mi desvarío:

¡feliz cumpleaños a mí, y a nadie más!