Una profusión de plumaje tropical,
un regalo de la naturaleza
reservado para el paraíso,
victimas del capricho de modistas
para engalanar sombreros estrambóticos.
Plumas para recontar a la posteridad,
en manuscritos de pergamino,
una historia de naciones y descubrimientos
de nuevos mundos exóticos.
Una biblioteca de obras sagradas
de incalculable valor,
leyendas y cuentos de batallas,
intrigas, triunfos y tragedias,
perdidos en la neblina de los siglos.
Los cuentos de Chaucer
de los peregrinos de Canterbury,
Cervantes y su Don Quijote
y los protestas papales de Luther.
Goethe, Shakespeare, Dante y Gracián,
un patrimonio de tesoros,
escritos todos con plumas.
David Arthur ©®
Foto de Shakespeare de la red.