De aquella aciaga época
Las ruinas te recuerdan
Descarapeladas las paredes
El patio invadido de maleza
Polvo en los rincones
Grietas ocupadas por alimañas
Y el cuarto donde dormías
Aún de día parece cueva
Tu autoridad ya desvanecida
Dejó un infame legado devorado
Por los bichos en tu tumba
Tu áspera y grosera legua calla
Mas el eco parece aún suspendido
Tu mirada cruel y desdeñosa
Solo ve la soledad oscura
Tirano de tu minúsculo feudo
Cuya ley tu fuerza secundaba
Y el tiempo se encargó de expirar
Tal vez... mientras tu carne
Del hueso putrefacta se desprendía
Supiste por fin cómo se siente
La herida en otra carne