Tú no eres mío,
pero el pulso acelerado de tu corazón al verme,
el estómago revuelto y ese nudito en el pecho
no te mienten, sigo ardiendo dentro tuyo,
mi saliva corre en tus venas,
tu piel eriza guardan mi tacto,
sé que un par de mis risos
andan alborotándote los recuerdos
obscenos de aquel deseo,
mi fuego te quema
y tu mente se ha incendiado
Recordándome en tus brazos,
las llamas en medio de mis caderas
arden diferente y lo sabes,
Sonríes y te saboreas
la llave de mi infierno todavía la conservas,
tu lujuria y la mía explotan como volcanes
en pleno apogeo con tan solo mirarte,
tu cuerpo, tu mente, tu sexo, siguen siendo míos,
no necesito que lo digas, cuando todo tu ser me lo confirma.
Tú seguirás siendo mío, como yo tan tuya.