Hoy es domingo
y mi cama se siente vacía,
aunque no ha habido nadie,
hoy pesa más la ausencia
de lo que nunca estuvo.
La noche parece ser más larga
y el recuerdo infinito de ese abrazo
vuelve a aparecer en mi mente
desgarrado y en pedazos,
pero siempre borroso.
Solo recuerdo la sensación,
gracias a Dios no veo su cara,
sería un mar de llanto
solo de recordar cómo me miraba.
Hace tiempo que no lo pensaba,
no de esta manera,
extrañándolo, buscándolo,
porque siempre se hace lunes
y su mensaje nunca llega.