El nacer, es traer siempre la sombra,
como fiel seguidora, muy confiable,
necesaria camina tan amable,
testimonio agradable, nunca cobra.
Eres sombra anhelada en el desierto,
en las noches de luna tan románticas,
son tus besos reales, no semántica,
compartiendo las voces de un concierto.
En tus cejas, la sombra que enamora,
dulces labios besandome encendidos,
con pasión, de un idilio comprendido,
es lucero brillante como aurora.
En espera que llegue esa fiel sombra,
que al morir nos transporta en suave alfombra.
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
20/09/2025