Si yo fuera, Manuel, poeta,
te redactaría versos
donde contarte mis penas,
mis más hondos sentimientos,
mis más pesadas cadenas.
Te hablaría
de esta infame tristeza
que domina mi cabeza
marchitándome la calma,
del alma que se mueve exhausta
cerrada en cárcel lasciva
de amor que se lleva el agua
convirtiéndome es estatua
yacente, casi sin vida.
¡ Ay, Manuel, si yo supiera
escribir como poeta !
Te diría
que este cruel destino
por la duda ensortijado
me acorrala en el camino
dejándome maniatado.
¿ Recuerdas, Manuel, mi risa,
sol de verano perenne
florecida entre mis labios ?
Frío invierno se ha trocado,
mi risa se tornó nieve.
Ya no me río, Manuel, lloro
huyendo entre las brumas
que cercan mi pensamiento.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO