Nestor Varela

Luna nueva

No queda nada por decir:
toda la luz que fui
ya te la entregué.

Hoy abandono este tibio fulgor
con que te abracé,
amor marfil
donde me vertí,
casi sangrando.

Renuncio a la necesidad
para recuperar mi serenidad.
Mis ojos miran profundo
a través del insomnio
y respiro distinto:
el misterio de la noche
se disuelve en amor,
el dolor se consume.

Humedad callada
en el contorno oscuro de un latido.
Brisa fría que sostiene la bruma,
invisible a los ojos por elección.

Silencio:
verdad oculta,
fuerza que repara,
soledad que me nombra.

Ya no hay preguntas,
tampoco respuestas.
No volveré al recuerdo,
el pasado se disuelve,
bruma en la penumbra,
lo abrazo y lo abandono
ante el presente,
latido que renace,
claro y ardiente,
como una luna nueva
que ilumina el interior
oscuro de mi pecho,
renaciendo.