Kmony QuiƱonez(monina)

El destino del hombre

¿A dónde chingados vamos, dime tú,

con esta prisa de hormigas en el hormiguero?

Creemos que sabemos el camino,

pero la vida se ríe, cabrón, y bien fuerte.

 

Polvo somos, sí, ya lo sabemos de sobra,

pero, ¿y el alma? ¿Esa quién la descifra?

Unos dicen que a rezar, otros a hacer dinero,

y yo digo que a sentir, aunque el alma se nos rompa.

 

La intención, preguntas... ¡Qué pregunta tan cabrona!

Como si hubiera un manual para esta jungla.

Yo creo que es amar, disfrutar de la sexualidad, reír a carcajadas,

y si te caes, ¡te levantas, chingao, y sigues adelante!

 

Porque al final, ¿qué vergas nos llevamos de este mundo?

Ni el coche, ni la casa, ni los aplausos comprados.

Solo el eco de un beso, el calor de una mano amiga,

y la certeza de haber vivido, aunque nos hayan jodido.

 

¿Y Dios? ¿Existe ese cabrón o es puro cuento?

¿Un invento de los poderosos para tenernos quietos?

Nos meten ideas en la cabeza desde chiquitos,

para que no pensemos, para que no nos rebelemos.

 

Así que deja de buscarle lógica al asunto,

y ábrete una cerveza. El destino, que nos espere sentado,

la intención, ¡a la chingada! Lo que importa de verdad

es este pinche instante, este grito, esta canción que nos sale del alma.

 

Y si la vida te da la espalda,

¡pues dale la cara, carajo, y a seguir luchando!

Que al final, lo único seguro es que nos vamos a morir,

así que más vale vivir como si no hubiera mañana,

y cuestionar todo, ¡hasta al mismísimo Dios!