En este fondo de mar
ya no me ha dejado nada
el silencio, testigo eterno
guarda susurros que no vuelven.
En tu cuerpo
en tu rico cuerpo
se dibujaron los límites del paraíso
que ardían en la piel.
Hoy no quedan libros
ya no queda nada
solo la memoria desvanecida
de lo que fue tu canto
y hoy es una marea perdida.
©