El Hombre de la Viola Tronchada

Coplogramo XVII (Crónicas complementarias sobre la turbulenta y picaresca vida de Can Maltrago)

Yacía Maltrago, el can más bellaco,

en s\'antrio mvssgosso d\'aspecto elegiaco,

madera podreda, color bien opaco,

estrexa chabola commo él o más fflaco.

 

Svs triepas rvgiendo, bulliçio d\'averno,

calorr en verano, con ffrío en hibierno,

Maltrago atessora fflagelo svperno,

proçela continva, nvblado so eterno.

 

Svs ojos visslvmbran vn negrro cotorno;

mil cedas ebúrneas y perlas d\'adorno,

perfvme de moras svrcando el entorno,

es Cattvs Bvenssorbo, gatita sin torno.

 

El Can pordiossero se acerca pavsado,

en ella ve lvjo, en ella bven hado,

pves obra el mal Can hambriento d\'estado,

porqve ella en verdad le trae sin cvidado.

 

Bvenssorbo bvenissta le lleva comida,

con alma platina, con oro creçida,

y essguarda a Maltrago ffamélico en vida,

no qviérele ver la tripa dolida.

 

Maltrago aprovecha la lengua de plata

que tiene ffilossa, le dixe a la gata

mil dijes melossos, palabra escarlata,

intenta prendarla con habla barata.

 

Mas Cattvs no es zote, las zarpas le osstenta

y advierte a Maltrago sv parla lodienta,

y el can otravez brïosso lo intenta,

tornando de nvevo con lengva avarienta.

 

Bvenssorbo que vino al can dar ayuda

ahora su gracia en púas se muda,

le tira a la cara hogaza menuda

y márchasse aprisa con marcha geniuda.

 

Maltrago dessierto se queda en pobreza,

mas pan conssiguió con rara destreza,

un día más logra salir con proeza

del hambre mordaz con perra vileza.