Te arrebató el cansancio
Y tantos futuros soñados.
Creo en los renacimientos,
en las cenizas que piensan dispersar
Lo que dejó el invierno.
No las contradigo,
las dejo ser en el vaivÄ—n de las aves,
que llevan su canto cada siesta.
Tal vez se pierdan y puedan olvidar.
Dejo para vos lo inoxidable,
Dejo para el sabor tu silencio,
Dejo para el placer la sorpresa.
Esa que revuelve las páginas,
Esa que te pinta de versos,
Esa primavera que no te imaginas.