Crisbel Ferrer

Tus ruinas

Incluso en mi más profundo dolor,

ni una gota de odio puedo sentir hoy.

 

Porque no acepto que cambiaste, amiga mía,

que la vida puso en mi camino

y que ahora me obliga a soltarte.

 

Las ruinas de donde yo no te saqué,

ni tampoco derrumbé,

pero sí quise reconstruir,

ahí te dejo,

porque tú no quieres salir.

 

Ahora sé que el puñal que hoy clavas en mi pecho

será difícil de olvidar,

como tus palabras no dichas

en las que no puedo dejar de pensar.

 

La teoría del caos hoy por fin se cumple.

No agradezco tus acciones,

pero aquí están las consecuencias.

 

Me desprendo de este amor tan inmenso

y elocuente que sentí por tu amistad

y más por tu persona.

Ahora ya no lo quiero.

Gracias por eso.