Daniii_Farías

Cuida el amor que amas

 

Cuida mucho a esa persona
que tanto amas,
que tanto cuidas.
Porque el mundo es grande,
pero también cruel a veces,
y los caminos se bifurcan sin aviso,
llenos de distracciones, silencios y prisas.

Recuerda que el amor ha cambiado,
ya no es el mismo que el de antes,
el que se escribía en cartas con tinta y alma,
el que se cultivaba con flores y miradas,
el que se sostenía con gestos sencillos
y la certeza de estar, cada día,
uno para el otro.

Hoy el amor corre entre pantallas y ruidos,
se confunde con promesas vacías,
con palabras que se desvanecen rápido
y gestos que se olvidan al amanecer.
Por eso cuídala.
Cuídala con tu voz, con tu mirada,
con cada silencio compartido,
con cada abrazo que dure más que un instante,
con cada recuerdo que construyas junto a ella.

No dejes que el mundo la cambie,
ni que los días secos borren su risa.
Aunque haya sombras,
aunque haya tempestades,
aunque el tiempo parezca arrebatar momentos,
el amor verdadero es un refugio,
una llama que no se apaga
si la sostienes con cuidado y paciencia.

Ama hoy con más intensidad,
porque amar ya no es simple;
es un acto de valor, de resistencia,
de mirar cada día a los ojos
y decir sin palabras:
“Te elijo, te protejo, te amo”.

Recuerda los amores de antes,
esas historias donde la espera valía,
donde la distancia no apagaba la llama,
donde la risa era un regalo y la lágrima, un susurro compartido.
Ese amor no se ha perdido;
vive en ti cada vez que decides cuidarla,
cada vez que eliges su felicidad sobre la tuya,
cada vez que su corazón se siente seguro a tu lado.

Cuídala porque el mundo es rápido,
pero el amor verdadero merece pausas,
merece paciencia, merece todo tu esfuerzo.
Ella es un tesoro en un mundo que cambia,
y tu amor, si es genuino,
puede ser su faro, su abrigo,
su esperanza cuando todo lo demás parezca perdido.

Cuídala hoy, mañana y siempre,
como cuidas tus sueños más queridos,
como proteges la luz que ilumina tu vida,
porque el amor que cuidas
es el único que puede vencer al tiempo,
al miedo, a la indiferencia,
y permanecer intacto
como un legado de tu corazón para ella.