CUESTA TOMAR DECISIONES
Me cuesta tomar algunas decisiones,
como si cada una fuera una grieta
que divide lo que fui
de lo que aún no me atrevo a ser.
A veces es el miedo,
otras veces, la culpa.
Y otras, simplemente,
no saber qué parte de mí tiene la razón.
No es que no quiera avanzar,
es que sé que cada paso
trae consigo una pérdida:
algo que dejo, alguien que ya no vuelve.
Me cuesta elegir
cuando el corazón tira para un lado
y la cabeza para el contrario,
y yo quedo en medio
como quien intenta vivir sin romperse.
Me cuesta…
porque no todas las salidas son victoria,
ni todos los silencios son paz,
ni todo lo que brilla me espera.
Pero aun así decido.
Con dudas, con temblores,
con errores que cargo como piedras,
pero también con la esperanza
de que vivir es elegir…
aunque no siempre sepamos cómo.
© Corazón Bardo