PECH

Ella

Al mirar sus ojos verdes

en un brilloso cristal

ha enmudecido mi lira

y mi canto pasional.

 

En sus cabellos dorados

hay un sol enardecido

lleno de flores nácar

y de indomable brío.

 

Sus desbordados labios

con un alegre crespón

se desviven de halagos

de este loco corazón.

 

En sus manos las nubes

en sus senos las florestas

con el cuerpo que luce 

convierte todo en fiestas.

 

Su enamorada sonrisa

me perpetuó el pecho;

en su anegada brisa

que en su cuerpo lleva dentro.