Versame

Lo es.

 ¿Pues qué más puedo decir? Si no puedo decir lo no dicho. Si cada cosa que pienso es un silencio inocuo, escondido en las profundidades del sobre pensar. Pero más allá da aquel ruido de aquellos pensamientos que en su sitio aguardan mientras mi alma aclama el tenaz aullido de mis sentimientos heridos que permanecen en llagas, que no se van, que no se acaban.

 

¿Pero cómo detener cada espina en este rosal? ¿Pero cómo evitar ser el desdén en este mar de lágrimas? Si todo lo siento tan vivo, tan vivo, tan vivo. Si tan solo quiero llorar y llorar, pero… antes de marchar, en este cruel destino inimaginado, perpetuado e idealizado que me has hecho, su existencia, me aclama que me salve.

 

Si tan solo recitarlo atenta contra mis latidos, pierdo mi sangre, mis músculos se tensan, mis sentidos se agudizan ante su presencia, no puedo esconderme, entre abnegaciones. No puedo evitar tu proximidad.

 

Evite pensarte, aunque te tenga tan cerca y lo logré hasta que vi por un segundo lo orgánico de tu cuello, los vellos disparejos, tu espalda alargada, tu cabeza negra llena de motas, tu silla firme, tu forma de entablar respeto. Me gustas, simplemente me disgusta, la forma en que me gustas, la forma en que no me ves. la forma en que te siento y no me sientes; por segundos siento tus átomos, tus partículas, un contacto ficticio de la frecuencialidad, pero para mí es más que eso, es conectar con el ser que me anima, me recuerda la dulzura de la niñez, el amor y el deseo, pero siempre hay un bache en el camino, ¿no es así?

 

Lo es, lo es.