Con dulce delirio
y gran devoción:
Tu debes amarme
tu luz entregarme
y tierna brindarme
divina pasión.
Tu amor es mi sino,
mi fe, mi destino,
glorioso camino
que ofrece ilusión.
Por eso te imploro
tu amor que lo lloro
perdiendo el decoro
mi fiel corazón.
Con besos divinos
de néctares finos;
anhelo sus vinos
que dan emoción;
¡con dulce delirio
y gran devoción!
Autor: Aníbal Rodríguez.