Poema 7(a)
Escuché una voz lejana, que no recuerdo si fue un sueño o una visión extraña; lamentos y amargo llanto… escucharon mis oídos.
Ella lloraba por su familia y amigos. No deseaba ser consolada; porque ellos ya no estaban.
Aún logro ver los cortes y la sangre, aún veo la tinta entre los pliegues de su carne.
Aún veo su miedo, y siento su temor. Aún todavía puedo recordar su olor.
Era abundante como la sal de la tierra. Pero perdió su poder y perdió su fuerza. Nunca volvió a ser otra vez salada.
Entonces ví como fue tirada afuera y pisoteada.
Y una vez más escuche su voz lejana… que lloraba, y se lamentaba.