D. Méndez

Ojos rojos

Aún recuerdo tus ojos,

rojos como rosas heridas,

ardiendo contra los míos

en esa noche sin consuelo.

 

Aún pido perdón,

aunque no sé por qué,

si fue el deseo quien mandaba,

si fue tu mirada la que me quemó.

 

Hay pecados que se recuerdan

como plegarias rotas,

y yo sigo rezando

ante el altar

de tus ojos.