Crisbel Ferrer

Santos de la negación

Esta no es más que otra poesía,

hija de mi corazón,

para aquellos predilectos

que se dicen perfectos

de mente y de razón.

 

Ignoran dónde empieza la perfección:

en la salud,

en la educación.

 

Y cuando al espejo se miran,

alimentando su vanidad,

ante sus defectos

se vuelven ciegos,

y sordos

cuando la verdad

no quieren escuchar.

 

Ahora me pregunto:

¿qué tan perfectos son

si no aceptan

quiénes son

en realidad?