Edwin Acosta Pena

Muriendo por verte.

Muriendo por verte,

así estoy, con mi ansiedad indomable 

trepando las paredes de mi alma,

y este cielo que ha estallado sobre mí 

desde que tus mejillas ardorosas 

se fueron diluyendo en la distancia,

felizmente tengo tu abrazo de invierno

de sabor salado en aquella carretera…

Hoy te quiero amar desde aquí,

desde mis adentros que parece

torre abandonada que acaricia el mar,

es que desperté con deseos de tenerte,

de quedar dormido al mismo tiempo que tus ojos,

de que la punta de mi lengua beba tu frenesí 

y así cruzar océanos sin tiempo ni brújula

y que tu barca sea la mía en todos lados 

donde nos amemos bajo todos los cielos.

©.