Jorge L Amarillo

Un ruego de ocasión

Fue un ruego de ocasión

un adiós y una despedida, 

donde solo hubo una expresión

de la luna que no estaba dormida.

 

Latidos rápidos del corazón

y una soledad que vino enseguida,

donde ya no hubo compasión

solo una lágrima que cayó confundida.

 

Desparramada quedó la ilusión

envuelta en la pena desmedida,

donde la rebeldía no comprendió la situación

de que ya no habría una salida.

 

Caer en una invisible prisión

en una oscuridad cruel y aburrida,

perder contigo el deseo y la pasión

y no entender, por qué te fuiste de mi vida...