Carlos Eduardo

Cartas amarillas

 

Mi alma se ha ido oxidando,

signo de muerte,

su sonido ya no es cristalino

es herrumbroso

 

tiene canas

 

se marchita

 

sus hojas se han ido desprendiendo

 

la vida le pesa

 

ya la belleza no le alcanza

 

sólo la brisa del amor la sostiene

en esta tarde gris