Corro a trote sobre mí para alcanzarte.
Me levanto sobre mis hombros para verte.
Hurgo en cada recodo de mi piel para encontrarte.
Me sumerjo en las cavernas más oscuras de mi alma
para visualizarte.
Secciono cada órgano de mi cuerpo en partes ínfimas
a fin de encontrar rastros de Ti.
Me he arrancado los ojos para ver si te veo en la más
profundad oscuridad.
Me he perforado los oídos para ver si te escucho en el
más profundo silencio.
Me he cortado la lengua para llamarte desde la mudez.
Me han llamado el loco, porque me he emborrachado de
locura para sentirte.
He muerto, mil veces he muerto para revivir en Ti
Me he desnudado para que Tú me arropes.
He sentido el frio más lacerante, las heridas más dolorosas,
El placer más profundo, los deleites más indescriptibles.
Como dice Pablo, el Apóstol, he sido todo en todo para alcanzarte,
Y no he podido, Sé que estas en mí,
Tengo la certeza absoluta de que vives en mí, como si fueras
Mi aliento, como si fueras mi sangre o mi piel.
He cerrado todas las puertas y ventanas, para que no te escapes
Y no te he encontrado.
Y por encima de todo, aún te busco y buscare, hasta que me quede
el último llanto o la última risa.