Cerca del pino,
el arroyo verde en su lecho,
y en lo secreto,
una joven me enseña el paraíso...
La flor de su beso,
en un pozo de cielo líquido,
algo tan bello,
como un sol, en un velo acuoso...
Estoy maravillado,
al ver que a Dios le da lo mismo,
nuestro baño rosado.
Oh, qué regalo, su cuerpo cálido...
Cerca del pino,
entre los juncos un murmullo,
con su encanto,
la joven y su cabello mojado...