Una herida del alma lastima
más que una simple rozadura;
no la toques porque es tortura
como lluvia fría que cae encima.
Como la soledad que se arrima
después de un bello amor seguro;
cuando te aparece un muro
que no esperas y desanima.
Herida subjetiva que lacera,
germina del miedo al fracaso,
cuando caminas débil al ocaso.
Como el caminante que espera
que el destino fluya prolijo,
pero , su pasado lo acelera.