Gira la vida…
dando vueltas en un carrusel de fantasías,
una y otra vez envuelta en su manía…
alentando remotas utopías,
libertando quimeras que yacen disueltas…
en la terquedad de la anarquía.
Con inmutable impertinencia,
sin que se desaliente,
continúa mi irracional persistencia…
tratando de recuperar una época que no volverá.
En mi infinito de desvaríos…
prevalecen vigentes unos besos tuyos…
con sabor a exquisita pasión…
de muy placentera recordación.
No me puedes culpar por la obsesión que me nubla,
no me pidas que decline mi arrebato,
si sabes bien de la angustia que me da tu ausencia.
No me pidas evitar pensar en ti…
si eres, a final de cuentas, …
lo único insigne que le quedó a mi existencia.
Jamás negaré mi sentimiento,
no sé si estaba trazado así mi porvenir,
no estoy seguro que sea el destino,
pero lo único cierto es que eres como la lluvia…
que mitiga los tiempos impetuosos,
y que también eres como la tormenta…
que alienta mi excitada vehemencia.
Desde aquel momento de nuestro encuentro…
tuve la dicha de extasiarme con tu presencia,
disfrute tanto de tu compañía…
que mi ser, ahora que has desaparecido,
no encuentra razón de seguir vivo.
Eres una experiencia indescifrable…
que por más que intenten mis versos eternizarte,
a veces pienso, que se me agotó la inspiración…
y que todo lo que escribo…son palabras al viento…
que han perdido su ímpetu.
Se van extinguiendo las ideas para mantenerte vigente,
me advierto fatigado…
tengo miedo que un día amanezca sin recordarte…
pero lo que más temo…
es volverte a encontrar…y que me hayas olvidado para siempre.