Te vi, me viste
y ese silencio hablo por los dos,
una sonrisa fue la confirmación a mis sospechas
tú y yo no hemos de olvidarnos
te llevo en mi piel, en mi sangre,
como un veneno entumecedor
que hace más soportable tu ausencia
el recuerdo de tu tacto en mí sigue tan presente
que muchas veces pude sentir tus manos en mí
arrullando mis deseos
he soñado tantas veces con volver a tenerte
entre mis brazos, acariciar tu rostro
y llevarlo junto a mi pecho que es donde perteneces
Para que no te vayas, para que no te vayas de mí…