En casi todas las noches,
sin importar inclemencias,
se les nota la impaciencia,
con sus gritos sin reproche.
Guardan la plata con broche,
buscando van el dinero,
a ver quién vende primero,
¡El pan... compre rico pan!
¡Cómpreme un sabroso flan!...
¡Es la voz del pregonero!
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
5/09/2025