Sin el santo ni la limosna[2010]
No se puede querer
a dos mujeres a la vez.
Querer es singular,
íntimo, indivisible.
En el centro del querer
a dos mujeres a la vez,
se diluye el amor
y se pierden las dos.
No se puede querer
a dos mujeres a la vez.
El amor no se fragmenta,
no se reparte en migajas.
Ellas siempre pedirán
un poco de más,
y yo, partido en dos,
no alcanzo a darlo.
No se puede querer
a dos mujeres a la vez.
Su instinto certero,
ese sexto sentido agudo,
termina por delatarme…
y me quede sin el santo
ni la limosna.