Los sueños abismáticos
dejan marcas profundas,
cardenales emocionales
en mi vientre de estrellas.
Me estoy descompensando
en cada minuto que duermo,
sueño con el arco de Diana
y la piel sobrante de mis afectos.
Juego una partida de ajedrez,
tengo parodias y ritos
sacrificios mezquinos
poderosamente humanos y militantes.
Me daña el silencio
y las agujas del reloj distópico,
ejercitando misterios veo
como los ojos del destino
me transfiguran la cornucopia
y las constelaciones pardo-negruzcas
que avasallan la limitación,
la muerte y las desolaciones.
OLLIN
21/08/2025