EDGARDO

No te rindas

No cedas, alma fuerte, nunca,

aunque el abismo se desgrane,

aunque la senda sea dura

y el fuego en ti se deshaga.

 

Descansa un breve instante,

pero alza luego el vuelo,

que el sol tras la tormenta

despunta siempre en el cielo.

 

Cuando el miedo te envuelva,

y la angustia te esclavice,

cuando falte en tu barca

el viento que te delice,

 

recuerda: la esperanza

es faro y es centinela,

que brilla en la noche oscura

y ofrece luz que consuela.

 

La vida es lucha extrema,

es batalla sin descanso,

caídas que enseñan,

caminos con sus llamados.

 

Mas el héroe valiente

camina con firmeza,

y en cada tropiezo encuentra

la llama de la empresa.

 

No te rindas, en lo lento

del avance persevera,

pues tras cada sombra densa

la luz próxima se espera.

 

El triunfo es la sombra

que al fracaso da sentido,

la voz que al corazón dice

“sigue, que ya has vencido”.

 

Despierta, alma guerrera,

y viste tu coraje,

que solo la constancia

funda el sueño y el viaje.

 

No abandones el pulso

de tu lucha verdadera,

que el que vence la tormenta

cree y abraza su quimera.

 

No te rindas, no desmayes,

aunque duela la herida,

pues al que se mantiene firme,

la vida le es concedida.