Desnúdate, amor,
no para el mundo ni para el espejo,
sino para mi sed que te espera.
Quítate el traje y los retratos
El mar y las estrellas
Quítate las caricias de otros
y las cicatrices
Desnúdate de tiempo y de distancia...
distancia que es abismo
entre la carne de mis manos que te anhelan
y tu cuerpo que me duele.
Yo te habito así:
en la gratitud terrible
de no tenerte,
y a pesar de la ausencia,
poseerte en mis huesos,
en la sangre que se mueve.
m.c.d.r